Encontramos el hostel, que por suerte quedaba a unas pocas cuadras de la estación. Puerta, escalera angosta y empinada, subimos con la poca fuerza que nos quedaba las valijas para llegar arriba y que nos digan, su habitación esta a la vuelta. ok, bajar... Ir, sorpresa! Mas escaleras angostas y empinadas... Los brazos ya no daban mas. La habitación, hermoso, decorada en tonos verdes y rosas pasteles, con un pequeño patio interno desde donde se podían ver las viejas casonas de la vieja Venecia.
Pese a que el día ameritaba un baño reparador, no hubo fuerzas y nos acostamos a dormir, bien al estilo europeo... Sin bañarnos.
La mañana siguiente, desesperada por una ducha caliente, nos dimos cuenta que dejamos el shampoo y el jabón en Roma! Tempranito, salimos a buscar un lugar a donde comprar, Venecia desolada y fria... Encontramos un kiosko donde nos vendieron un shampoo, crema enjuague, jabön liquido, todo en uno... Nos dejo el pelo un asco!
Nos llamo la atención que en las calles habia maquinas expendedoras de remedios, onda las maquinas de golosinas... Pero con remedios! Ahhhh.... Y entre los remedios, VIBRADORES!! Jajaja... Primer mundo.
Limpias, abrigadas, ya estamos listas para recorrer y descubrir esta ciudad de ensueños.






No vimos ratas.
No sentimos olor a podrido.
Es un lugar hermoso, romantico, de otro planeta, adore venecia. Quiero volver una y mil veces.
Es bastante caro a comparación de los otros lugares.
Sin dudas, es un lugar para volver en la luna de miel.
No e bela amore?
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